Los modelos de negocio SaaS (Software as a service), son una de las formas más populares de servicios – computación en la nube. Pueden definirse como un modelo de distribución de software en el que un proveedor de servicios aloja aplicaciones para clientes y las pone a disposición de estos clientes a través de Internet.
Las empresas suelen pagar por las aplicaciones SaaS a través de una tarifa de suscripción, de forma mensual o anual. Esto contrasta con el modelo tradicional de pago de software a través de una licencia permanente, con un costo inicial y una tarifa de soporte continua opcional.
Se trata de un modelo de negocio muy interesante que permite desarrollar una estrategia de precios y monetización del negocio muy flexible con buenos resultados de rendimiento. Los beneficios que aporta esta forma de negocio son una reducción de costes, ya que reside en un entorno multiusuario donde los costos de licencia de hardware y software son bajos en comparación con el modelo tradicional. Las soluciones SaaS residen en entornos de nube que son progresivos y tienen integración con otras ofertas de SaaS. También las startups SaaS destacan por una casi inexistente infraestructura, recordemos que son modelos basados en la nube.
Impulsa Ventures destaca los tipos de SaaS más usados por las startups o empresas emergentes:
Freemium: Permite al usuario utilizar parte del servicio de forma gratuita. Si el cliente potencial quiere acceder a la totalidad de la aplicación, tendría que realizar un pago.
Precios por servicio: Se trata de la creación de unas tarifas según el servicio al que acceda el usuario.
Tarifa fija: Se trata del cobro de la misma cantidad por el servicio, sin límites de accesibilidad.
Precios por usuarios: Algunas startups fijan un número de usuarios para un determinado precio, si superan este límite, añaden un incremento al precio.
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