Ismael El-Qudsi CEO de Internet República y fundador de Social Publi y Social-Reacher nos habla acerca de su experiencia con startups creadas desde el ámbito universitario y aporta su punto de vista y consejos claves a la hora de invertir en empresas en fase de iniciación.
Pregunta: A modo de presentación, ¿qué es lo que más destacaría usted de su perfil?
Respuesta: Personalmente intento pensar en global y no quedar limitado a España o a un cierto territorio, sino hacer productos que puedan usarse en distintos países. Principalmente en Latinoamérica por la coincidencia de idioma, aunque intento alcanzar cualquier parte del mundo. No creo que la tecnología tenga barreras, siempre es bueno aportar esa visión un poco más internacional.
P: ¿Ha tenido alguna experiencia en el ámbito de la incubación universitaria?
R: La verdad que no, pero se echa de menos porque hay una desconexión total entre la universidad y la empresa.
Tengo mucha experiencia laboral, de hecho, he dirigido una incubadora que se llama Conector, aquí en Madrid, pero nunca he tenido experiencia trabajando con una incubadora en el ámbito universitario. No se si saldrá el próximo Facebook desde ahí, pero sí creo que hará que se unan mucho más los lazos entre las empresas y la universidad.
A lo mejor es muy difícil hacer un producto global directamente saliendo de la universidad, a no ser que seas Mark Zuckerberg, pero seguramente fomente un sistema de gente universitaria que vea que es fácil montar una empresa, aún más si es con el apoyo de la incubadora. A lo mejor, la primera startup no sea la que triunfe, pero va a crear un caldo de cultivo de gente joven con ganas para seguir creando empresas con base tecnológica, qué es lo que necesitamos.
P: A una persona que acaba de salir de la universidad, ¿qué consejo le daría antes de montar una startup?
R: Es importante trabajar en otros sitios; primero para aprender que quieres hacer y lo que no. Sin ningún tipo de práctica en el entorno laboral, es difícil saber cómo funcionan las cosas y entender conceptos muy importantes como cuidar el cashflow.
Afortunadamente, la gente joven tiene bastante tiempo todavía por delante, por lo cual yo les recomendaría estar seis meses o un año trabajando o de prácticas antes de montar su propia empresa. Además, otro punto fundamental es hablar idiomas y conocer la tipología, independientemente del tipo de empresa que quieran montar.
P: Viendo que cada vez es más difícil conseguir trabajo en España sobre todo para los jóvenes, ¿cree que es un error emprender por necesidad?
R: Sí. Creo que cualquier decisión que se haga por necesidad es un error. Siempre debe haber una vocación.
La vida de un emprendedor está llena de altibajos emocionales, un día te van muy bien las cosas y al siguiente estás deprimido porque ya no van tan bien. Cuando te ves obligado a hacer algo no le pones el mismo interés y las posibilidades de éxito se reducen muchísimo.
P: ¿Antes de montar una startup/empresa, hace alguna validación previa? ¿Tiene algún tipo de «checklist» para valorar si una idea merece la pena?
R: Supongo que todos los inversores coincidimos en que es muy importante la actitud que tenga el equipo. Como decía antes, cuando alguien emprende por necesidad, se nota; no le brillan los ojos, no tiene gana de comerse el mundo.
Afortunada o lamentablemente, es muy difícil valorar un equipo solo con un par de reuniones. Somos personas y no es tan sencillo como analizar otros datos más objetivos. Por un lado, hay una parte muy subjetiva que se basa en estudiar si encajas con el equipo y una parte enfocada en el mercado, más racional y objetiva, que se basa en analizar si tiene sentido el mercado y si la gente está dispuesta a pagar por ese producto. La suma de estas dos partes es lo que hace que alguien invierta en una startup o no.
P: ¿Ha tenido alguna experiencia en el ámbito de startups surgidas desde la formación profesional? ¿Cree que es un espacio propicio para la creación de startups?
R: No he tenido ninguna experiencia directa con una startup surgida desde la formación profesional, pero sí con la contratación de perfiles más técnicos relacionados con la ingeniería, la programación y el diseño. La verdad que los resultados suelen ser buenos, porque son personas a las que les gusta mucho lo que están aprendiendo y hacen más prácticas que quizá en una carrera universitaria.
Como tal, con la creación de empresas desde la FP, no sé si existe algún caso de éxito, y si es así, yo no lo conozco.
En general, hace falta mucho personal cualificado, en concreto, en el ámbito alrededor de internet y, por supuesto, no hace falta que todos sean licenciados ni mucho menos, simplemente que les guste lo que hacen y que lo hagan bien.
P: ¿Qué opina de equipos mixtos internacionales de emprendedores? ¿Son viables? ¿En qué condiciones? ¿Qué experiencias tiene al respecto?
R: Antes del covid parecía una ilusión, pero después de esta crisis sanitaria, como todos trabajamos desde donde podemos, cada vez se está fomentando más.
Normalmente, es muy difícil lanzar un proyecto en varios países a la vez con emprendedores distribuidos. La diferencia horaria hace que las decisiones no sean tan ágiles, aunque la tecnología nos lo permita. Lo que sí se está haciendo mucho es lanzar una cosa, por ejemplo, en México y exportarla rápidamente.
Más que co-crear una statrup en varios países, se está dando la aceleración de la internacionalidad. Es decir, montan una startup en Madrid o en Canarias y en cuestión de un año, si tienes fondos y el proyecto es viable, la puedes lanzar en cinco o seis países de Latinoamérica, porque la interconexión que tenemos se ha acelerado mucho.
Veo complicado crear una startup con emprendedores en distintos países, aunque no significa que no sea más fácil que antes, cuando era prácticamente imposible.
P: ¿Qué experiencia ha tenido con startups en América Latina, o con startups españolas en mercados de América Latina?
R: Muchas veces las startups españolas cometen el error de ir directamente a Latinoamérica porque compartimos idiomas, cuando generalmente los países más parecidos a nosotros son Italia o Portugal. Aunque en Latinoamérica y España compartamos el idioma, muchas veces nuestra realidad no es la misma.
He tenido experiencias de todo tipo, en algunos casos no ha habido acople cultural, pero también he visto muchos casos de éxito como Cabify. De mi experiencia he aprendido que a veces hay que mirar a lo que está más cerca. También es importante no limitar tus metas simplemente porque no hables el idioma. Aunque es verdad que ahí los españoles igual tenemos algo de desventaja por no hablar bien inglés y por no poder recabar fondos americanos, es una asignatura pendiente, aunque ya hay gente como Iñaki Berenguer en Nueva York que están haciendo un buen trabajo en ese sentido.
P: ¿Ha tenido alguna vez experiencia con startups en Canarias?
R: Sí. Canarias se está posicionando por sus ventajas fiscales como un foco de desarrollo tecnológico. Cada vez surgen más empresas de programación o de desarrollo en Canarias, de hecho, nosotros trabajamos con varias y tenemos inversores en una que se llama eStragy; es un gimnasio virtual para mejorar en League of Legends (LOL). Muchos chicos que juegan al LOL necesitan entrenar para mejorar sus habilidades, en este gimnasio les van poniendo retos para que algunos puedan ser profesionales, o simplemente para mejorar en el juego. Todo el desarrollo de esta startup está en Canarias.
Además, muchas veces hemos contratado a empresas canarias para el desarrollo web. Del mismo modo que cada vez más gente se está yendo a Portugal por el tema cripto, mucha otra se está yendo a Canarias a desarrollar aplicaciones por la tecnología con la que cuenta.
P: ¿Qué potencial observaría en una región como Canarias y una isla como La Palma?
R: La Palma tiene la oportunidad de aprovechar el sentimiento de cariño que se ha generado en toda España por lo que ha pasado con el volcán. Ahora depende de que ellos lo sepan aprovechar y se conviertan en casos prácticos y no simplemente en un ideario que al final no se cumpla.
La gente tiene memoria a muy corto plazo, o hacen algo pronto, o a lo mejor dentro de dos años esa oportunidad se ha perdido. En general Canarias despierta mucha simpatía en el resto de España y pueden aprovechar esa oportunidad.
P:¿Cree que hay una tendencia a invertir en startups en fase cada vez más iniciales y cómo se posiciona usted personalmente ante esas fases?
R: Ahora mismo hay mucho capital en el mercado de family officie y fondos de inversión, pero sobre todo de gente “normal” o que tiene un cierto capital y no le importa invertirlo en una startup. Lógicamente, lo que hacen es invertir en startups en fase Semilla. Antes la inversión era algo muy profesionalizado, había muy pocos grupos que controlaban todo el panorama de las startups, sin embargo, ahora casi todos tenemos un amigo que ha invertido en un startup.
A míi personalmente, desde Internet Republica, me gusta mucho entrar en capital semilla porque es donde más puedes apoyar al emprendedor. Tampoco somos un gran socio financiero, pero podemos entender y ayudarles más que cuando están más profesionalizados. Siempre intentamos ser un socio estratégico que ayude al principio.
P: ¿Qué debería haber conseguido una startup antes de empezar a buscar inversión en una fase de ideación o pre-SEMILLA?
R: Lo importante es demostrar que hay un mercado y que alguien quiere pagar por tu producto.
A veces, los emprendedores nos empeñamos en lanzar un producto con mil funcionalidades, pero que el mercado ni lo quiere ni está dispuesto a pagar por él.
Aunque sea anti-natura, en muchas ocasiones es mejor empezar a vender algo para ver si realmente la gente lo quiere comprar. Se puede empezar haciendo marketing online y luego ir desarrollando el producto y añadiéndole funcionalidades. Muchas veces, el fallo es intentar abarcar todo y no conseguir los resultados esperados porque nadie quiere usar tu maravilloso producto.
P: ¿Qué experiencias o perspectivas tiene sobre la tokenización de las startups como vía de financiación?
R: Tengo más experiencia con el crowdfunding, es decir, que inversores no profesionales pongan mil euros o dos mil, para financiar una startup. Al final, es un proceso muy complejo porque no tienes uno o dos socios, si no cincuenta o setenta y cada uno tiene sus intereses, por lo cual no tienes una relación muy personal, ni los conoces en muchos casos.
Es algo que lo encuentro bastante complicado que funcione, prefiero que haya dos o tres inversores más profesionales y algún inversor privado. Pero obviamente, también es una vía válida. Se han dado casos de todo tipo: hay startups que han funcionado bien y otras a las que les ha ido muy mal con ese modelo.
P: ¿Qué consejo le daría a una persona que quiera empezar a invertir en startups en fases muy iniciales?
R: Hay una parte personal que se basa en ver lo que transmite el emprendedor o los emprendedores y luego, una parte racional que se basa en analizar esas métricas. Quizá para un inversor novato es bueno apoyarse en business angels o en inversores que ya hayan invertido en esa empresa o incluso en plataformas de crowdfunding que ya coinviertes con mucha gente y esa validación ya la hace la propia plataforma. Pero siempre te encuentras con algún proyecto que sin tener grandes métricas te enamora, a veces también es una decisión irracional.
Mi principal consejo es que prueben. Obviamente que no inviertan el dinero que necesiten, porque el grado de éxito de una startup es muy complicado. Que prueben dentro de sus posibilidades y la siguiente vez saldrá mucho mejor.
0 comentarios