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Emilio Márquez, inversor: «el proceso de digitalización es absolutamente inexorable e imparable»

El emprendedor apuesta fuertemente por llevar los modelos de negocios a internet y como consecuencia los más equipos se encuentran más deslocalizados por el mundo

Emilio Márquez inició su carrera emprendedora casi tan pronto como lo hizo internet. En el año 1992 ya se unió a la red y en el 95 comenzó su viaje por el mundo de las startups. Su perfil se extiende desde conferenciante a mentor de otros emprendedores, pasando por ser embajador de algunas marcas. Su objetivo actual es participar en el fomento de la transformación digital de los negocios.

Pregunta: A modo de presentación, ¿qué es lo que más destacaría usted de su perfil?

Respuesta: Muy buenas, soy Emilio Márquez, lo más interesante de mi perfil ha sido lo multidisciplinar que ha resultado desde los primeros momentos de internet donde empecé como usuario en 1992 y como emprendedor en el 95. Desde entonces he podido invertir como business angel en varios proyectos y emprender varios con éxitos y otros con fracasos, siempre aprendiendo, siempre compartiendo y conociendo a grandes profesionales en el camino. He podido dar clases en distintas escuelas de negocios, ser conferenciante, embajador de marcas, ser mentor de otros emprendedores… y hoy día como creador y moderador de un club de debate y negocios para fomentar la transformación digital de los negocios de las empresas como ayudar a los profesionales a mejorar en sus carreras. 

P: ¿Ha tenido alguna experiencia en el ámbito de la incubación universitaria?

R: Sí, durante varios años, estuve de mentor de emprendedores procedentes de diferentes universidades españolas. Fue una experiencia realmente muy positiva porque suele haber, en el ambiente universitario, muchas ideas por desarrollar y una e

elevada necesidad de aprender conceptos desde el punto de vista práctico de la realidad que hay afuera. Fueron unos años realmente preciosos, el poder colaborar con incubación en el entorno universitario.

P: A una persona que acaba de salir de la universidad ¿Qué consejo le daría antes de montar una startup?

R: Pues antes de montar una startup le recomendaría que se integrara directamente en, a lo mejor, alguna startup que haya salido del ambiente universitario con el que pueda congeniar y estar sincronizado a nivel de valores. Quizá es la forma más fácil en las que vas a sentirte más cómodo en todas las partes a la hora de emprender. Ser, no el emprendedor máximo y único de un proyecto, sino sumarte a otro más grande, que ya esté empezando a rodar donde adquirir los conocimientos prácticos que solo la vida real puede darte. Yo siempre recomendaría que los dos o tres primeros años de tu emprendimiento sea ayudando a otros a emprender y aprender en cabeza ajena los errores que seguro que se van a cometer. 

Cuando estés más capacitado primero a nivel práctica, segundo a nivel contactos y tercero de tener las ideas claras sobre realmente qué es lo que quieres conseguir con tu emprendimiento, qué solución vas a aportar al mercado y como vas a ejecutar la solución adecuada para que la startup tenga éxito. Entonces sí lanzarte a emprender por ti mismo.

P: Viendo que cada vez es más difícil conseguir trabajo en España sobre todo para los jóvenes ¿Cree que es un error emprender por necesidad?

R: Emprender por necesidad, sin duda, es un error. Ha habido varias ocasiones en que hay anuncios oficiales de “te facilitamos que cualquier persona pueda tener unas determinadas cuotas en los primeros meses más baratas”. A mí me parece que aunque ese tipo de gestos y facilitar la entrada al emprendimiento hay que tomárselo como algo positivo, lo que no está tan sencillo es explicar y venir a convencer que el emprendimiento es la solución maravillosa a todos los males, sobre todo cuando se está en dificultades. 

Hay que entender que emprender es difícil y complejo, con mucho riesgo y posibles daños respecto al propio patrimonio del emprendedor a nivel presente y futuro, que el 84% de los emprendimientos que se empiezan en menos de tres años han muerto. Hay que explicar que hay que estar bastante preparados, hay que buscarse un equipo, hay que tener un respaldo, hay que tener la tranquilidad económica de que a lo mejor en los próximos 18 meses vas a estar, en argot del gremio “quemar dinero”, básicamente tener pérdidas en estos meses y aguantarlo no es sencillo. 

Si tu ya tienes una desesperación económica y te vas a lanzar a un proyecto donde no sabes si en los dos primeros años vas a facturar un solo euro… emprender por necesidad si es un error, pero hacerlo por gratificación, emprender habiendo hecho los deberes, emprender con respaldo que te hayas ido ganando, buscando y consiguiendo, demostrando esa idea, buscando colaboradores, trabajando en otros proyectos que te puedan granjear esas colaboraciones y esas personas que puedan creer en tu proyecto y te puedan apoyar el día de mañana. Consiguiendo el contacto con esos inversores privados y públicos que puedan apoyarte en esa financiación tan necesaria… emprender en esos términos si es interesante.

P: ¿Antes de montar una startup/empresa, hace alguna validación previa? ¿Tiene algún tipo de «checklist» para valorar si una idea merece la pena?

R: De cara a entender si un proyecto vale la pena hay que mirarlo desde varios puntos de vista. Uno: ¿va a ser una empresa invertible porque pueda ser escalable y pueda conseguir unos determinados hitos económicos en un tiempo limitado, pero con gran conocimiento? Eso sí que sería una empresa invertible. Ese es el punto de vista del business angel y el inversor privado. ¿Esta empresa puede acabar consiguiendo un autoempleo en el que dos o tres personas, el grupo fundacional de la empresa, puedan ganarse bien la vida durante muchísimo tiempo? Se podría hacer un autoempleo o un autoempleo de lujo, eso es interesante, pero al inversor no le va a interesar ese tipo de proyectos. Pero yo también recomiendo que muchos emprendedores escojan esos autoempleos en base a un emprendimiento que no tiene por qué facturar decenas de millones de euros ni tiene por qué salir en las grandes portadas ni salir mañana Forbes como “el gran proyecto, el gran unicornio del año”. No es tan necesario tener que estar buscando la escalabilidad y la facturación en cantidad de dígitos absolutamente increíbles. A lo mejor podemos conseguir otros tipos de metas más abordables e interesantes para el equipo emprendedor. De cara a validar siempre se recomienda, al menos es tendencia últimamente, el saber si podemos desarrollar un producto mínimo viable y se puede plantear en el mínimo de gastos de recursos económicos y de tiempo posible, donde haya usuarios reales, no vale que le pidamos a nuestro primo que nos quiere mucho que nos compre el producto. 

Ver si el producto, en un pequeño test, se vende, si tenemos una buena retroalimentación. Ver si triunfa, si vende, y después que la prueba haya ocurrido con un gasto e inversión mínimo, podemos comprobar que el producto ha gustado, que el usuario, con el que hay que hablar mucho, nos ha dado una retroalimentación positiva, si le ha gustado si le ha resuelto un problema o si es caro. Hay que tener en cuenta que la mejor validación de cualquier proyecto es que solucione un problema real a una persona y que esa persona esté dispuesta a pagar de manera que el producto sea rentable.

P: ¿Ha tenido alguna experiencia en el ámbito de startups surgidas desde la formación profesional? ¿Cree que es un espacio propicio para la creación de startups?

R: No he tenido la suerte de conocer emprendimientos nacidos del ámbito de la formación profesional. Me enfoqué en la mentorización de proyectos universitarios. Desde luego, para mí, inicialmente me parece un entorno para poder incubar proyectos y startups muy interesante que puede tener un recorrido muy positivo.

P: ¿Qué opina de equipos mixtos internacionales de emprendedores? ¿son viables? ¿en qué condiciones? ¿Qué experiencias tiene al respecto?

R: He podido mentorizar e invertir en distintos proyectos tanto de Latinoamérica como de España. He conocido equipos donde la deslocalización es constante, el proceso de digitalización es absolutamente inexorable e imparable y no es nada extraño que cualquier equipo pueda tener gran parte de su personal distribuido a lo largo y ancho de todo el mundo. Hoy en día es algo bastante habitual. ¿Se puede conseguir con ello maximizar el poder conseguir talento? Es uno de los factores por lo que las startup son competitivas, porque si somos capaces de reunir el talento adecuado para solventar un problema y llegar al mercado para dar esa solución por un precio adecuado a la gente en el menor tiempo posible, eso se consigue gracias a contar con el mejor talento, que puede estar en España, en Lisboa, Los Ángeles, México DF y puede estar distribuido por la largo y ancho del planeta. Es importante que, usando herramientas de digitalización y comunicación activa, se puedan formar equipos con gente de todo el mundo porque tu competencia lo está haciendo y están aprovechando la ventaja de tener equipos distribuidos. No aprovechar esa ventaja hoy día es una forma en que nuestra competencia nos supere.

P: ¿Qué experiencia ha tenido con startups en América Latina, o con startups españolas en mercados de América Latina?

R: He tenido experiencia, hace años, cuando las empresas españolas empezaron a llegar al mercado latinoamericano, donde se encontraban que había una serie de prejuicios iniciales. Es un mercado único donde todos hablan el mismo idioma, pero no. Fue un error en cuanto que cada país hay que tenerlo en cuenta de una forma diferenciada ya que tienen una idiosincrasia, una cultura, una manera de llegar al mercado de forma diferente. Entonces, cada vez que entres a un país nuevo de Latinoamérica tienes que tener en cuenta que hay que enfocarlo como un mercado nuevo con todos sus factores como planteamos al iniciar una startup. Mi experiencia con emprendedores latinoamericanos que han triunfado en su propio continente como los que han pegado el salto a Europa en los principales pueblos de tecnología españoles como Madrid o Barcelona y últimamente Málaga, es bastante positiva. He visto los proyectos que he podido mentorizar y conocer personalmente, que estaban bien preparados y han aumentado el nivel de formación y preparación, así como adaptación al mercado. Que tengas una procedencia u otra para mí no tiene nada de negativo ni de positivo. Todos están luchando en un mercado global donde me da igual que el fundador sea de una capital u otra porque la competencia es global. De hecho, la formación y el nivel de capacitación de startups de cualquiera de los dos lados del océano es muy parecida hoy en día.

P: ¿Ha tenido alguna vez experiencia con startups en Canarias?

R: Sí, he tenido una experiencia bastante amplia con startups de Canarias porque estuve colaborando con la Universidad de La Laguna a través del proyecto Actívate Google, tanto impartiendo clases a emprendedores que habían salido de esta universidad tinerfeña y tuve la oportunidad de poder mentalizarlos y guiarlos en el proceso de lanzamiento de sus startups. La experiencia, desde luego, fue muy enriquecedora y positiva.

P: ¿Qué potencial observaría en una región como Canarias y una isla como La Palma?

R: Pues siento no poder ayudar mucho en el respeto de la isla de La Palma, porque no tengo el placer ni de conocer su ecosistema emprendedor, ni la he visitado y entonces aventurarme a dar una opinión sin conocer de verdad como es el ecosistema emprendedor de las Isla es muy aventurado por mi parte.

P: ¿Cree que hay una tendencia a invertir en startups en fases cada vez más iniciales? 

¿Cómo se posiciona usted personalmente ante esas fases?

R: La tendencia es de primero buscar el dinero en el amigo, la familia, el entorno cercano… Luego buscamos pequeños inversores privados que nos puedan hacer ir ganando cada vez más tamaño para ir consiguiendo cada vez una mayor financiación, una mayor facturación, mayor crecimiento… El problema es que no está tan desarrollado como debería el segmento de la inversión en fases más tempranas. Pero también hay que reconocer que cada vez es mayor el número de entidades, tanto privadas como públicas, que se están enfocando concretamente en este segmento de inversión tan necesario para los jóvenes emprendedores que empiezan en la parte que a mí me toca. Personalmente, yo suelo entrar cuando no solo aporto financiación económica, sino donde doy mis cualidades, mis aptitudes y mis habilidades especiales de poder tanto vitalizar, como aportar experiencia o aportar una serie de contactos de mercado. 

Tengo mi propia comunidad de negocios, basadas en gran parte de los emprendedores que he ido conociendo a lo largo de la vida, en la cual facilito acelerar el proceso de conseguir los objetivos por parte de los emprendedores. Cuando puedo aportar no sólo financiación, sino que puede acelerar una serie de condicionantes propios para acelerar el modelo de negocio y que se ejecute por parte del emprendimiento. Yo creo que es más interesante lo que se suele denominar Smart Money, el dinero inteligente. Y eso se lo recomiendo a los emprendedores que nos escuchen. Siempre lo voy a recomendar. No busquen solamente la financiación de “el dinero por el dinero”, sino que aquella entidad pública o privada que vaya a financiar, que pueda aportar algo más que esa financiación. 

Si nos pueden aportar asesores, entrada a nuevos mercados, experiencia, mentores que puedan aportar talento, que es absolutamente vital para el éxito de un emprendimiento… Con lo cuál buscar ese dinero inteligente que marque la diferencia para que podáis cumplir con vuestros objetivos en el menor tiempo, de la mejor manera posible. Siempre hay que intentar buscar ese dinero inteligente que marca mucho la diferencia cundo se esté buscando financiación.

P: ¿Qué debería haber conseguido una startup antes de empezar a buscar inversión en una fase de ideación o pre-semilla?

R: Pues para una startup que está naciendo, que está en un momento de pre-semilla creo que debería contemplar un par de aspectos interesantes. Primero que el equipo fundacional de emprendedores esté cohesionado, que tenga las ideas bastante claras, que se hayan formado y preparado para la tarea que les viene encima. Que hayan firmado un pacto de socios donde hayan dejado muy claro qué ocurre si la empresa va bien, pero mucho más importante: si la empresa va mal. Que, por cierto, es la mayor parte de los casos, y que el equipo fundacional asuma las consecuencias de si el proyecto puede acabar mal. 

¿Qué es lo que hay que asumir y responsabilizarse? Para empezar, hay que tener en cuenta que también el mercado intenta juzgarnos como emprendedores semilla o pre-semilla de una forma más dura de lo que se merece el emprendedor, entonces esta fase no sería la adecuada para que llegues con el proyecto ya demostrado. Pero, aún así, siempre va a haber alguna entidad, algún inversor o algún proveedor que te va a decir: ¿Me puedes demostrar que el proyecto funciona? Si hay un Kickstarter, has hecho un crowdfunding… Pues mira, ¿Me puedes demostrar que hay interés por parte de cincuenta personas que han puesto, aunque sea, veinte euros o cincuenta euros en el proyecto de Kickstarter o crowdfunding? Algo parecido a que puedan demostrar interés… 

Pues mira, si estamos en una semilla no tenemos ni el proyecto completo, pero el mercado te va a juzgar de una forma más dura e inflexible de lo que el emprendedor se merece. Con lo cual, sí pueden tener algunos deberes hechos, que no les tocaría en esa fase, pero que son de la fase siguiente. Pero, si pudiera tener algunos deberes hechos como demostrar el interés de parte del mercado en el proyecto, esos dos puntos serían para mí vitales para ese momento de pre-semilla y que se adelantara un poco, pero adelantarse teniendo los deberes hechos no es algo malo.

P: ¿Qué experiencia o perspectivas tiene sobre la tokenización de las startups como vía de financiación?

R: Pues tengo poca experiencia personal, pero sí tengo un feedback del mercado bastante positivo sobre este tipo de forma de financiación y esa forma de encararse de cara al mercado de startups y de inversores. Por lo que tengo constancia es muy recomendable estudiarlo, trabajarlo y, posiblemente, implementarlo como una de las formas de expandir nuestras startups

P: ¿Qué consejo le daría a una persona que quiera empezar a invertir en startups en fases muy iniciales?

R: Pues al inversor que quiera invertir en startups en fases muy iniciales, le diría que se tome esto como una pequeña aventura, sobre todo de aprendizaje, donde en los dos o tres primeros proyectos en los que invierta posiblemente no vaya a tener suerte. De hecho, la media para un Winny Angel, un inversor con más o menos suerte y experiencia es que sobre diez proyectos, ocho fracasan, uno se convierte en una empresa zombi y la décima suele tener éxito. 

Con lo cual, en ese momento inicial, recomendaría invertir de una forma racional, paso a paso. Tómatelo como un aprendizaje dónde estás recibiendo un máster en forma de tu dinero que inviertes en el proyecto, con lo cual vas a poder acompañar al emprendedor. Vas a poder entender el modelo de negocio que funciona en cada momento, las tendencias, los errores más comunes, y eso te va a aportar una experiencia absoluta, absolutamente valiosísima que no te podría dar ningún curso teórico. Con lo cual os recomendaría tomarlo como un periodo de formación, donde posiblemente este aprendizaje vaya a tener un cierto coste económico. Intentar que no sea el de más soledad e intentar que no nos vayamos al desastre invirtiendo en locuras. 

Pero, sin duda, tomémoslo como un aprendizaje al mismo tiempo que debemos ir conociendo cómo es el ecosistema, tanto emprendedor, como inversor y, si podemos, en el camino ir conociendo a otros inversores con los que ir en compañía. Al final ese modelo de financiación y de trabajo es muy habitual. Un Business Angel no invierte habitualmente solo, sino que invierte con otros Business Angels para poder aportar una mayor cantidad económica al emprendedor como para aportar experiencias de entre unos inversores a otros. 

Con lo cual: conocer el mercado, aprendizaje y que sin duda con mucha mesura. Pero teniendo en cuenta que una aventura, la de invertir en emprendedores pre-seed, es absolutamente increíble y que merece la pena vivirla.

25 de mayo de 2022

Alejandro Vázquez

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